Los argentinos que tenemos cierta edad, no vamos a olvidar nunca qué estábamos haciendo aquella mañana, hace 20 años, cuando tuvimos noticias del horror. Ese horror que se transformó en perplejidad.
Porque, la condición humana, más allá de las religiones, de las creencias de cada uno, no puede sino reaccionar con perplejidad frente al mal. Porque el espíritu humano repudia ese mal absoluto que implica disponer de las vidas humanas como un instrumento.
Pero ese horror y esa perplejidad no se transformaron en terror. Eso es lo que busca el terrorismo; inmovilización, miedo, parálisis: por el contrario, se transformó en acción. El país se movilizó. Todos recordamos aquel día lluvioso de los paraguas en Buenos Aires, recordamos la movilización de los santafesinos a la escuela Bialik, la respuesta de toda la Argentina fue una gran movilización.
Luego vino lo que todos sabemos. La torpeza, la desidia, la falta de profesionalismo y la complicidad: hay que decirlo con todas las letras, la complicidad de elementos del Estado y de la Justicia. Por eso hace 20 años, todos los años, los santafesinos nos reunimos aquí, en este lugar que elegimos, impulsados por la militancia de las instituciones de la comunidad judía, todos los santafesinos, para recordar a Danilo Villaverde, un vecino de nuestra ciudad que ése día estaba trabajando en la Amia.
Lamentablemente, a 20 años siguen habiendo noticias que vuelven a evidenciar la torpeza, la desidia y la falta de profesionalismo que dan como resultado la falta de respeto al reclamo de la comunidad toda y la impunidad. Por eso una vez más nos reunimos aquí para dejar constancia de nuestro compromiso con la memoria y de nuestro reclamo, nuestra exigencia de justicia.