La realidad de los adultos mayores fue el tema del séptimo seminario web de Sembrar, el espacio de ideas que conduce el dirigente radical y referente de Juntos por el Cambio en Santa Fe, José Corral, y que reunió a especialistas en la materia: el diputado nacional por San Luis, Alejandro Cacace; el director de la Defensoría de la Tercera Edad, Eugenio Semino; y la directoria de la asociación civil Fénix, María Cecilia Nelli.
En la apertura del encuentro, que estuvo moderado por el diputado nacional Niky Cantard, José Corral recordó que por el espacio ya pasaron figuras como los diputados nacionales Alfredo Cornejo, Mario Negri, Brenda Austin y Fabio Quetglas, el exministro de Salud Adolfo Rubinstein, el economista Martín Tetaz, y la especialista en Educación, Gabriela Fairstein. “Conformamos un espacio de ideas con una amplia convocatoria, que busca realizar aportes y también construir alternativas de gobierno”, recordó el dirigente santafesino al abrir la conferencia.
Por su parte, Cantard hizo hincapié en la importancia del tema elegido para “visibilizar a la persona mayor como sujeto de derecho, con autonomía personal y respetando sus derechos y libertades fundamentales”.
Vulnerabilidad
Los invitados coincidieron en que los adultos mayores son el principal grupo de riesgo en esta pandemia, y el más desprotegido. Cacace, que es vicepresidente de la Comisión de Previsión y Seguridad Social de la Cámara de Diputados, aseguró que “con las medidas que viene tomando el Ejecutivo nacional en materia de jubilaciones, lo que busca es producir un ahorro fiscal. El Gobierno primero criticó la Ley de Movilidad -sancionada durante la gestión de Macri- porque supuestamente era perjudicial para los jubilados, y después la desaplicó por considerarla impagable. Es decir, que no quiere poner los recursos necesarios para cumplir con la ley”.
“El Gobierno, con el DNU 542, prorrogó la suspensión de la movilidad jubilatoria y con esto va a hacer dos ajustes más en septiembre y en diciembre, como ya lo ha hecho en los meses de marzo y junio, con los decretos con los que les quitó a los jubilados entre $540 y $14 mil mensuales de beneficios y por los que hay algunos beneficiarios que van a cobrar hasta $100 mil menos en el año de lo que les hubiera correspondido por la ley de movilidad”, explicó el legislador de San Luis.
Reconoció que si bien se desarrollaron algunas acciones en favor de la población, como el Ingreso Familiar de Emergencia, o el Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción, resaltó que“durante la pandemia se decide ajustar sobre los adultos mayores, que son el mayor grupo de riesgo. En un momento en que en verdad este sector debería tener la mayor consideración por parte del Estado, con inversión y protección, es cuando más se los desprotege”, remarcó.
Vínculos fundamentales
Por su parte, el director de la Tercera Edad de la Defensoría del Pueblo, Eugenio Semino, resaltó que en gerontología -su especialidad-, se entiende que “tres los grandes pilares que sostienen el proceso de envejecimiento, que son el trabajo (y la previsión social), la salud, y la educación. Estos pilares no fueron bien sostenidos en los últimos 30 años en el país”, lamentó, y entendió que “esa es la gran deuda de la democracia, sobre la que hay que ponerse a trabajar ya y sin fundamentalismos”.
A su turno, la directora de la asociación civil Fénix, María Cecilia Nelli, puso la mirada sobre los diferentes modos de adaptarse al confinamiento que tuvieron los adultos mayores: “Muchos abuelos han decidido quedarse solos para cuidarse y cuidar a sus seres queridos; otros aprendieron a usar las nuevas tecnologías, y están también los que se sumaron a la lucha contra el virus y se sumaron al trabajo voluntario fabricando barbijos para los hospitales. Hay muchas formas distintas de atravesar estas situaciones, pero ni ellos ni ninguno de nosotros va a a poder atravesar esta situación que estamos viviendo de forma solitaria, sino que necesitamos de nuestros amigos, de nuestra familia, y también del gobierno”. Y concluyó que “es un momento importante para que reflexionemos de qué manera nos acercamos a los adultos mayores. Esta nueva normalidad es un desafío para pensar cómo nos vinculamos con ellos”.