Los radicales, protagonistas del cambio

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(Nota publicada en Clarín, el 17/11/2017)

La UCR ha aportado a la consolidación del cambio que tuvo lugar en las elecciones del 22 de octubre. Cambiemos se afirmó como fuerza nacional y le dio al gobierno de Mauricio Macri el respaldo político que otorga tiempo a las reformas que se debaten por estos días y que el país necesita para dejar atrás el populismo de forma definitiva. El desafío de Cambiemos –y por tanto de la UCR- es llevar el cambio, en 2019, a cada rincón del país. El 22 de octubre los argentinos decidimos ratificar el rumbo que tomó el país en 2015 con el triunfo de Mauricio Macri en las elecciones de segunda vuelta.

La herramienta para hacerlo fue la estrategia electoral del oficialismo de la cual los radicales nos sentimos parte inescindible: se constituyó Cambiemos en toda la geografía nacional y, con muy pocas excepciones, se conformaron listas de consenso que llevaron el mensaje claro de la necesidad de darle apoyo electoral y más legisladores al proceso de transformación en marcha.

Esa estrategia permitió ganar 13 provincias en las generales, entre ellas los 5 distritos que gobierna –renovando Corrientes en la elección de gobernador- y los 5 más poblados. Y Cambiemos ganó en 17 capitales de provincia, además de ser segunda fuerza en el resto del mapa.

Cambiemos se graduó de fuerza política nacional. Y los radicales hicimos un gran aporte en las listas: lideramos 8 de los distritos que ganó Cambiemos y con este resultado electoral crecerán los bloques parlamentarios de la coalición y todos los partidos que lo integramos. La UCR pasará de los actuales 36 diputados a 42 y de 9 senadores a 13.

En estos 2 años que identificamos como el inicio de transición del populismo a la República, la UCR ha consolidado su pertenencia a Cambiemos. No sólo por ser fundadores en aquella Convención de Gualeguaychú, o por haber ratificado esa decisión por abrumadora mayoría en la Convención de La Plata este año.

Ni siquiera porque el electorado tradicional cercano al radicalismo como las clases medias urbanas, los territorios agroindustriales, los universitarios, los pequeños empresarios, los emprendedores hayan apoyado masivamente a Cambiemos.

Hemos dicho reiteradamente que los radicales somos Cambiemos, porque en esa identidad nueva los argentinos han depositado los valores que son el bagaje histórico de la UCR: la libertad, la democracia, los derechos humanos, el respeto a las instituciones, el progreso social en base al esfuerzo, el ejercicio de la diversidad, el cuidado del ambiente, la lucha contra la pobreza y contra las mafias.

Y porque compartimos las líneas programáticas principales del gobierno: una economía sana con equilibrio fiscal, el vínculo multilateral abierto e inteligente con el mundo, el desarrollo de nuestras potencialidades productivas diversas, la mejora de la educación, la formalización el empleo en negro, la modernización el estado, el diálogo democrático, el normal funcionamiento de las instituciones, el firme enfrentamiento al narcotráfico, solo para enunciar algunas de las tareas que ya están en marcha. Además de ello, y proyectando los desafíos del futuro de la UCR –próxima a renovar también sus autoridades- creo que el paso siguiente que debemos dar los radicales es hacer un aporte relevante para que Cambiemos lleve en 2019 su energía transformadora a todos los rincones del país. Provincias como La Rioja, Santa Cruz, Entre Ríos, Chaco, Córdoba, Santa Fe, Neuquén, Río Negro, Salta -para nombrar sólo aquellas en las que Cambiemos no gobierna pero se impuso en las pasadas elecciones- deben contar con una propuesta que canalice la voluntad de sus ciudadanos ya expresada de sumarse a la esperanza de cambio y progreso que representa la coalición de gobierno.

Habrá que seguir conversando también como la UCR, PRO y la CC mejoramos la dinámica de la coalición para que se aprovechen mejor en la toma de decisiones todas nuestras experiencias, miradas, creatividad, en el marco del diseño institucional que dicta la Constitución Nacional y que distribuye roles diferentes a los diversos poderes y a Nación, provincias y municipios.

Ser la generación que cambie este país de una vez no es una consigna. Es un deseo genuino y una meta posible.

La gradual normalización de la economía, la reinserción de la argentina en el mundo, la recuperación sostenida de las instituciones de la República, la demostración de que es posible gobernar sin mayoría en las Cámaras legislativas, la actuación de la Justicia para enjuiciar y condenar la borrachera de corrupción del kirchnerismo, son algunas de las realidades concretas que demuestran que se puede dejar definitivamente al populismo en el pasado. Los radicales estamos comprometidos a aportar, para conseguirlo, nuestros mejores esfuerzos.